El flamante fichaje del Deportivo Alavés sentencia el derbi contra el Eibar con dos goles en apenas media hora sobre el terreno de juego
Llegar y besar el santo. Salir y decidir un derbi. El guion que el destino tenía preparado para Asier Villalibre será difícil de olvidar para el delantero de Gernika. Apenas media hora sobre el terreno de juego de Mendizorrotza le ha bastado para, en su debut como albiazul, decidir el partido contra la SD Eibar.
Un partido parejo entre dos ‘gallitos’ de la categoría que una expulsión en la segunda mitad empezó a decantar para el Deportivo Alavés. Sylla salía en carrera hacia el portero y Sergio Álvarez, último hombre de la defensa armera, le derribó. Roja directa sin discusión. Antes, Guridi había tenido la más clara. Un remate a bocajarro que Luca Zidane desvió con la cara.
La entrada de Villalibre aportó efectivos y, sobre todo, contundencia en el ataque de Luis García Plaza. Así fue su remate en el primero de los goles. Salvaje. Entró con todo el búfalo para rematar un gran centro de Luis Rioja desde banda izquierda.
Ya en ventaja, el Deportivo Alavés controló el partido y se abrieron espacios. Aprovechó Toni Moya para poner un buen balón a Villalibre, que se plantó ante Luca Zidane y no perdonó. Definición perfecta. Cerró el círculo el nuevo número ’12’ del Glorioso. Euforia desatada en Mendizorrotza con un equipo que ya acumula tres victorias consecutivas y otea las posiciones de ascenso directo.
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