La comunidad de Salesianos y aquellos que tuvieron la fortuna de conocer a José Cuscó Rafols, cariñosamente conocido como Don José, se llenaron de tristeza el jueves 28 de septiembre al conocer la noticia de su fallecimiento a la edad de 90 años. Don José, una figura carismática y querida, dejó una huella imborrable en generaciones de alumnos que pasaron por las aulas desde su llegada a Pamplona en 1961.
Nacido en Villafranca del Penedés, una localidad en la provincia de Barcelona, este hombre de profunda vocación religiosa se trasladó con su familia a la hermosa ciudad de Alcoy, en Alicante. A lo largo de su vida, desempeñó diversas responsabilidades tanto en la comunidad salesiana como en el colegio de la calle Aralar, antes de mudarse a la localidad de Sarriguren.
Don José era conocido por su trato afable y su cálida sonrisa, cualidades que lo convirtieron en una figura entrañable para todos aquellos que tuvieron la oportunidad de cruzar su camino. Su servicio y dedicación a la comunidad salesiana y a la parroquia de Sarriguren, donde ayudaba a celebrar la eucaristía hasta el pasado domingo, son testimonio de su compromiso inquebrantable con su fe y su comunidad.
El legado de Don José perdurará en la memoria de aquellos a quienes tocó con su bondad y cariño. La capilla ardiente en la iglesia de María Auxiliadora recibió a una nutrida asistencia de amigos, alumnos, profesores y familias, que se reunieron para despedir a este ser querido que deja un vacío imposible de llenar. Su ejemplo de amor y servicio seguirá inspirando a todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo. Descanse en paz, Don José.
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